Como lo dice el título, se me ocurrió teñir de “rose gold” (realmente es más un rosado) mis extensiones. Y qué mejor momento que enseñarles cómo lo hice que un 14 de febrero.
Yo utilizo extensiones ya teñidas de Balayage con un tono castaño medio #4 en base y rubio cenizo #18 en puntas. Éstas que teñí son unas extensiones viejitas que ya no utilizaba entonces eran perfectas para experimentar.
Los productos que utilicé son de Wella, los conseguí yo misma fuera del país, de la nueva línea que se llama Instamatic.
Lo primero que se hace es crear la mezcla, utilicé 25 gramos del color Pink Dream, luego 5 gramos de Clear Dust y al final 30 gramos del Color Touch, luego procedí a mezclarlo todo en un tazón para tintes.
Con la mezcla lista, y una brochita de tintes, apliqué solamente en las puntas. Una por una de las piezas hasta tenerlas todas llena de producto.
En la fotografía anterior puedes ver que están un poco enredadas en la parte superior, es un efecto “crepé” que realicé donde quiero que empiece el nuevo tono, esto con la idea de que el color no quedé como una sola línea, sino que se vea difuminado.
Ya listas, se debe esperar entre 15-30 minutos, dependiendo si se desea que quede un tono suave y ligero o uno más saturado de color. En mi caso esperé 25 minutos. Luego las enjuagué y dejé secar al aire libre hasta el otro día.
El día siguiente las estilicé creando unos colochitos con mi rizadora y éste fue el resultado:
¡Iluminaciones rosadas en puntas! Y unos cuantos “rayitos” rosados más arribita. Me encantó el resultado ya que es muy sutil y a la vez aporta un color precioso y tan de moda.
Recuerda que un proceso de tinturación puede bajarle la vida útil a las extensiones, pero si tienes un paquete viejo que ya no utilizas, más bien les puedes dar una nueva vida 🙂